Eran un gatito y una gatita. Se llamaba MInifú y Minifá.
Un día Minifú se fue lejos y desde allá mandaba cartas a Minifá.
La gatita Minifá lloraba y decía:
- Yo no se leer las cartas de Minifú
Un día la gatita Minifá se fue a la escuela y la profesora en su salón la inscribió.
De regreso al colegio, por el camino Minifá cantaba:
- Soy la gatita Minifá, a, a, a, a, que nunca a la escuela fue e, e, e, e. A leer yo aprendí, i, i, i, i y al colegió asisto yo o, o, o, porque quiero a Minifú, u, u, u, .
Como la gatita MInifá había aprendido a leer y escribir estaba muy contenta porque ya entendía las cartas de Minifú.
Ahora ella también le podía escribir muchas cartas.
¿Qué le decía?
Te quiero mucho. Ven prontito.
Un día Minifú se fue lejos y desde allá mandaba cartas a Minifá.
La gatita Minifá lloraba y decía:
- Yo no se leer las cartas de Minifú
Un día la gatita Minifá se fue a la escuela y la profesora en su salón la inscribió.
De regreso al colegio, por el camino Minifá cantaba:
- Soy la gatita Minifá, a, a, a, a, que nunca a la escuela fue e, e, e, e. A leer yo aprendí, i, i, i, i y al colegió asisto yo o, o, o, porque quiero a Minifú, u, u, u, .
Como la gatita MInifá había aprendido a leer y escribir estaba muy contenta porque ya entendía las cartas de Minifú.
Ahora ella también le podía escribir muchas cartas.
¿Qué le decía?
Te quiero mucho. Ven prontito.
Victoriano Arroyo
Imagen: gatosgraciosos.com
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